miércoles, 21 de mayo de 2014

Caracas / Distrito Capital / Venezuela : Teleférico de Warairarepano : Teleférico de Maripérez y Estación Ávila, Sus Comienzos, Hotel Humbolt Años 50

TELEFÉRICO DE CARACAS - VENEZUELA 
CONOSCA EL TELEFÉRICO DE MARIPÉREZ EN SUS COMIENZOS.







Muchos han visto el hotel que se alza en lo alto del cerro El Ávila. personas de esta generación han tenido y tienen la oportunidad de subir hasta él gracias a la reconstrucción del teleférico y han podido visitar brevemente el edificio. Actualmente cerrado al publico;Pero muy poca gente conoce algo sobre su historia aparte de que fue construido bajo el mandato de MPJ. en los años cincuenta. marcando así una de las obras de la arquitectura simbolo de venezuela y para los caraqueños.



Vista de la construccion estacion avila.


La idea de subir al los cerros de la cordillera de la costa mediante medios mecánicos podemos rastrearla por lo menos hasta finales del siglo XIX. Existen en la red algunas imágenes de un proyecto para la construcción de un funicular que ascendiera hasta la cumbre del pico oriental a lo largo de la fila, idea de un tal Fred Goetsch Goeschel, y existen fotografías sobre un proyecto para el ascenso a la silla desde Macuto, donde se observan cuadrillas de obreros removiendo la vegetación para iniciar el proyecto. Con toda probabilidad en los archivos del Ministerio de Obras Públicas exista información más detallada, que por el momento desconocemos.



Toma aerea del area general de contruccion estacion avila.



Ya en una época más reciente, podemos observar una idea más concreta de un funicular hacia el cerro El Ávila, Eran finales de la época de los cuarenta, y a pesar del convulso clima político existió una iniciativa privada para crear este medio de transporte al cerro, fundamentalmente con objetivos recreativos. 



La llegada del funicular al Avila.



Ya en la década de los 50s, bajo el mando de Marcos Perez Jimenez, surge la idea no solamente de crear un medio de transporte a la cima del cerro el avila, sino continuarlo hasta el litoral, y coronar la montaña con un hotel de extremo lujo. Teniendo en cuenta el hecho de que para esos años todavía no se había culminado la autopista Caracas – La Guaira, la construcción de un método de transporte cómodo que conectara a los turistas recién llegados al puerto con la capital incrementaría notablemente el turismo. 

El sistema del primer teleférico constaba de seis torres de aproximadamente 35 metros de altura, que sujetaban algo más de seis kilómetros de guayas para un recorrido de 3350 metros. Constaba en total de ocho cabinas para pasajeros, de color rojo, con capacidad de 24 personas cada una; una cabina presidencial, pintada de color verde oscuro y con el escudo nacional en su puerta; y una cabina ambulancia, de color blanco identificada con una cruz verde. Se realizó el recorrido inaugural el 14 de Septiembre de 1955, siendo finalmente inaugurado al público el 19 de abril de 1956,Por el General Marcos Perez Jimenez.



Boleto.

Las personas que llegaban a la estación Maripérez eran organizadas en dos filas de doce personas, para ingresar a las cabinas. Una vez en sus asientos eran orientados por el cabinero sobre las normas de seguridad, dando inicio al recorrido de 25 minutos hasta la estación Ávila. Se realizaban dos paradas al subir y dos al bajar, al nivel del cortafuego y de la quebrada Gamboa, con la finalidad de permitir el embarque y desembarque de pasajeros en las estaciones. Fue tanto su éxito que en un año subieron más de un millón de personas, según algunas estimaciones.



Si bien la finalidad principal era el incrementar el turismo, algunas personas no descartan la posibilidad de que existiese una motivación militar, para permitir un rápido acceso a la cumbre de la montaña, facilitar el movimiento hasta el litoral central y dominar a la vez tanto la vertiente norte como la vertiente sur, hacia la capital. Lo cierto fue que se comisionaron a los ingenieros Gustavo Larrazábal y Óscar Urreiztieta para diseñar un complejo hotelero con todas las comodidades en la fila de la montaña, en un área sin accesos de ningún tipo. Para el diseño del hotel se consideró al arquitecto Tomás Sanabria, quien además se encargó de diseñar la estación Ávila del teleférico. De la creación de las estaciones de Maripérez y El Cojo (Macuto) se hizo cargo el arquitecto Alejandro Pietri Pietri. Además, se hizo cargo del paisajismo al brasileño Roberto Bruhle Marx, el mismo diseñador del Parque del Este. El hotel, las estaciones y las caminerías fueron construidos por la empresa venezolana ENECA, mientras que el sistema funicular fue elaborado e instalado por la compañía alemana Heckel, todo este equipo bajo la supervisión del Ministerio de Obras Públicas y el mismo Marcos Perez Jimenez.


Marcos Perez Jimenez durante la inspeccion de las obras.




Podemos observar en estas imágenes los bocetos para la distribución de las áreas y las edificaciones en El Ávila, y señalando las rutas de acceso de la línea del teleférico.



Teleferico Caraca estacion mariperez.


Esta foto fue sacada por el cabinero (Operador de Cabina) antes de llegar a la estacion Mariperez, noten el lujo de los puestos  Foto_1957.



Para Diciembre de 1956 se inauguró el tramo Ávila – El Cojo. En un trayecto de 20 minutos se descendía desde los 2160 metros hasta Macuto. Este tramo contaba con estaciones intermedias, El Irón (cerca de Galipán) y Loma de Caballo. Estas estaciones eran más pequeñas y no contaban con instalaciones recreativas, ya que la intención era movilizarse rápidamente desde y hacia Macuto. 





Adicionalmente se construyó un pequeño funicular que conectaba la estación Ávila del teleférico con el hotel, un recorrido de 600 metros, preparándose para llevar a los turistas y sus equipajes cómodamente.





Hotel Humboldt.



En cuanto al hotel, fue inaugurado el 29 de Diciembre de 1956, siendo bautizado por Pérez Jiménez como “la hostería de la cota 2000”. Consiste en una torre cilíndrica de setenta metros de altura, con sesenta habitaciones distribuidas en 14 pisos, mezzanina, planta baja y sótano; contando además con salas de eventos, comedor, piscina climatizada por calderas, salones y una discoteca con una pista de baile giratoria. Los edificios anexos contaban con miradores y una pista de patinaje sobre hielo. Sanabria lo diseñó con una fachada de vidrio para ayudar al calentamiento del edificio y ahorrar energía, además de lámparas que ayudaban con la calefacción.


En cada detalle de su construcción no se escatimó en gastos para ofrecer el mayor lujo y los mejores acabados. Pisos de mosaico de jaspe verde, traído expresamente de Guayana; un gran mural de cerámica vidriada, al mejor estilo gaudiano, elaborado por Arbelo Arellano; chimeneas de cobre; griferías de bronce y pisos de mármol.




Hotel Humboldt.



El hotel, más que funcionar para el alojamiento de turistas, fue más famoso como escenario de famosas fiestas y eventos sociales que reunían a lo más encopetado de la sociedad de la época, tanto durante el mandato de MPJ como después. En algún momento de su prolongada decadencia funcionó como escuela de hotelería, pero nada pudo salvarlo de ser producto de una idea financieramente inviable en un país en que progresivamente se iban degradando social y económicamente. Y es que en palabras del arquitecto Tomás Sanabria, un aspecto fundamental para garantizar el funcionamiento del sistema y no operar en números rojos, era el instalar un casino en el hotel, pues no alcanzarían los ingresos producto del alquiler de las habitaciones y los boletos para el teleférico. Pérez Jiménez no estuvo de acuerdo con la idea, pues no aprobaba los juegos de azar, y el casino no se construyó.


Obreros del area estacion avila año 1955.


Siendo así, con el transcurso de los años – y más acentuadamente después de la caída de MPJ – la venta de boletería no alcanzó para cubrir los gastos operativos y de mantenimiento del teleférico, sobre todo en el tramo hacia Macuto, de mayor longitud y dificultad técnica. En cuanto al hotel, las mismas características de su ubicación y aislamiento que le dan su encanto generaron problemas para captar clientela, pues los clientes capaces de pagar las elevadas tarifas necesarias para hacerlo sostenible – empresarios, turistas de alto gasto – no apetecían pasar más de una noche o dos en el hotel, pues no había nada que hacer. Paulatinamente, la gerencia del hotel tuvo que migrar a una clientela más clase media, turistas extranjeros de nivel medio y uno que otro recién casado caraqueño, rebajando las tarifas progresivamente. 




Pasajeros abordando las cabinas.



A mediados de los setentas, ya con el sistema en estado crítico, se le otorga la concesión a la cadena hotelera Sheraton, esperando obtener mejores resultados. La cadena, que ya operaba el Macuto Sheraton, armó paquetes de cuatro noches en la costa y tres noches en la montaña, ocasionando múltiples problemas operativos que causaron que la cadena rescindiera el contrato apenas un año después. Para empezar, el estado de deterioro del hotel era tal que sólo pudo arrancar con 18 habitaciones y la discoteca con pista giratoria. Pero los problemas logísticos, aún con esa cantidad de habitaciones eran muy grandes. Por ejemplo, el hotel queda tan alejado que debían llevarse enormes cantidades de insumos mensualmente, pero a su vez es tan pequeño que no existían espacios dedicados para el almacenamiento. Es tan pequeño, que no se pudo instalar una panadería para los huéspedes. Los alimentos tenían que ser subidos diariamente por teleférico, pero este comenzaba a operar a las 6 a.m., provocando que los desayunos no pudiesen ser servidos antes de las 8 a.m. En una oportunidad, se dañó la máquina para hacer hielo. El mecánico tardó tres horas para llegar al hotel, para reconocer la falla, y tardó tres horas más e bajar a conseguir el repuesto, y nuevamente tres horas más para subir.

Pero el principal problema era que los visitantes se aburrían, al no tener nada que hacer durante tres noches. Ya a las 24 horas los trabajadores del hotel recibían quejas, pero era mucho más rápido cuando estaba nublado. 





Después de la salida de la cadena Sheraton, en 1976, el hotel cae en el abandono. Era solamente custodiado por un vigilante, el señor Francisco Paco López, que tuvo que llegar a pintar las columnas exteriores de cobre, para que no se las robaran. En la década de los 80 la administración del hotel es dada a Blanca Ibáñez, quien realizó grandes remodelaciones alterando en gran medida su aspecto original, como la creación de varios salones de estilo “alemán”, “francés”, etc. Luego es instalado un hotel escuela, que no tuvo éxito en su funcionamiento.


En cuanto al teleférico, el primero en ser cerrado fue el teleferquito de la cresta. Durante el tiempo que se mantuvo activo presentó fallas de funcionamiento en sus motores que lo mantenían inactivo más de la mitad de los días del año, posiblemente por el fuerte viento que hacía que oscilase en exceso. En más de una ocasión se tuvo que hacer el transporte de los turistas desde la estación hasta el hotel en pequeñas camionetas, y una vez que el hotel dejó de funcionar, en 1976, el sistema fue desmantelado a excepción de las dos torres, que pueden verse aún en pie. 





Luego le siguió el turno al tramo de Maripérez. El 7 de Agosto de 1977 un alambre de la parte exterior de una de la guayas se atascó en una de las cabinas, trancando el sistema por completo y teniendo que ser rescatados los pasajeros. A consecuencia de este accidente se suspendió el servicio por más de treinta años. El tramo de Macuto cayó igualmente víctima de la falta de mantenimiento, ocurriendo un incidente que detuvo su funcionamiento, esta vez sin pasajeros en sus cabinas. 

Largos años de abandono se sucedieron, donde por un breve periodo se otorgó la concesión a un consorcio en 1983, que logró poner en estado operativo el tramo de Maripérez – Ávila, pero no pudo abrirlo al público. En el tramo del litoral, las estaciones se corroyeron y la vegetación las invadió, mientras que una cabina quedó colgando de las guayas, a modo de cabina fantasma. En el hotel empezaron a escucharse historias de fantasmas y aparecidos, que aumentaban la curiosidad de las personas.





La aprobación de la Ley de Casinos y Juegos de Envite y Azar durante el segundo gobierno de Rafael Caldera (1994-1999) abrió el panorama para la creación de un casino en el Hotel Humboldt, por lo que el gobierno abrió el proceso de licitaciones para ver qué empresa privada operaría tanto el teleférico como el hotel. Solamente se presentó al concurso el consorcio Inversora Turística Caracas (compuesta por el Grupo Mezerhane y el Fondo de Valores Inmobiliarios), adjudicándose la concesión por un periodo de 30 años. El plan pasaba por reactivar el teleférico en sus dos tramos, en reemplazar la caminería existente y mejorar las instalaciones, al crear un auténtico parque temático, y finalmente la puesta en funcionamiento del hotel y del casino. 


La primera idea fue reactivar el teleférico con el sistema original pero se pensó que era poco rentable, en términos de velocidad, cantidad de personas transportadas por hora y costos de mantenimiento. Se contrató a la casa austriaca Doppelmayr para la obtención de todos los equipos y maquinarias para montar el sistema, mientras que las cabinas fueron elaboradas por la marca suiza CWA y la guaya por la compañía Fatzel, también suiza. Dos empresas nacionales se encargaron de poner en funcionamiento el teleférico original con el fin de transportar los materiales de construcción para su reemplazo, y de colocar las nuevas torres. Se pasó de tener seis torres de 35 metros a 23 torres de 16 metros; y se reemplazaron las seis cabinas anteriores, de 24 personas, por 74 cabinas con capacidad para ocho personas, 10 cabinas vip, más dos cabinas de carga y una ambulancia. A diferencia del sistema original, en que la cabina se desplazaba por una guaya guía, siendo tirada por dos cables tractores, el nuevo sistema opera con una guaya única en donde se engancha la cabina, por lo que no es que la cabina se desplaza por la guaya, sino que es la guaya la que se mueve estando sujeta la cabina. El cambiar todo el sistema permitió incrementar la capacidad de carga de pasajeros a 1920 por hora. 

El complejo inició sus operaciones en 2001 con el nombre comercial de Ávila Mágica, con sólo unos retoques en las caminerías y el arrendamiento y apertura de locales comerciales y restaurantes. La operación resultó todo un éxito, aún sin haber comenzado a operar el hotel, donde apenas se estaban iniciando las labores de acondicionamiento y remodelación. Estos cambios fueron rechazados por Tomás Sanabria, quien expresó que 
“Las intervenciones fueron un desastre y nunca me consultaron, sellaron los arcos y se perdió la vista panorámica desde el interior; eliminaron la chimenea y pintaron los techos que son de acero inoxidable; alteraron el paisajismo hecho por Roberto Burle Marx, sembraron especies que no pertenecen al Ávila e impiden la vista hacia Caracas”.


En los años siguientes la compañía comenzó a vulnerar varias leyes, como el consumo de bebidas alcohólicas en parques nacionales; la contaminación de las áreas cercanas al hotel; la restricción del paso de los excursionistas que se dirigían a pie desde Papelón hacia Lagunazo; el querer reformar el hotel – a pesar de encontrarse protegido por el Instituto del Patrimonio Cultural como patrimonio cultural de la nación; y el endeudamiento con el gobierno por no pagar la cuota de beneficios. Esto obligó a una recisión del contrato por parte del gobierno nacional en el 2007, quien continuó con la operación del sistema bajo el nombre de Teleférico Warairarepano. Siguen existiendo planes para poner operativo el hotel con la participación de las comunidades de Galipán. Aparentemente, la puesta en servicio del teleférico del litoral implicará la remoción completa de todo el antiguo sistema, y la creación de una nueva estación que reemplazará a El Irón, y un hotel Humboldt funcionando con operatividad.


Sistema de teleférico de la ciudad de Caracas, Venezuela, inaugurado el 19 de abril 1952 por el entonces presidente de Venezuela, General Marcos Pérez Jiménez. Permaneció abierto hasta finales de la década de los años 1970, después de cerrado tuvo varios intentos de reabrirlo (1986, 1988, 1990), lo consiguió con éxito en el año 2000 cuando el gobierno nacional lo entregó en concesión junto con el Hotel Humboldt y las instalaciones que ahora llevan el nombre de Parque Ávila Mágica a la compañía Inversora Turística Caracas, la misma llevó a cabo la reconstrucción de todo el sistema del teleférico, así como la de las estaciones, cuenta con más de 70 cabinas que hacen el recorrido de 3,5 km en algo más de 15 minutos. En agosto de 2007 la concesión fue revocada y el parque pasa a manos del Estado nuevamente, siendo rebautizado en octubre de 2007 con el nombre Waraira Repano (así llamaban los indígenas al Ávila). Desde esta operación Venetur como nuevo operador rebajó notoriamente, los precios por el recorrido.



Foto_14-0ct 2004_Luis Marquez Salazar.


La iluminación con los colores de la bandera Alemana, se hizo durante la semana de Alemania que se realiza todos los años en el Cerro El Ávila. Venezuela siempre se a caracterizado por ser un país donde muchos extranjeros llegaron y se quedaron para enriquecer nuestra cultura.








Fuente : http://guiguesalirporvenezuela2013.blogspot.com/
Diseño : http://viajesyturismoguiguepuntocom.blogspot.com/

Foto/ German Parra (actuales) otras de la web.